En diciembre de 2010
publicábamos un artículo titulado ¿EURO ERROR? En el que se cuestionaba la
utilidad del Euro para España y otros países comunitarios.
El profesor de Cambridge Ha Joon Chang, un keynesiano que ha
sabido interpretar las verdaderas necesidades del pueblo, confirma lo dicho por
otros economistas como el nobel griego Pissarides.
Para Joon Chang el
problema es la moneda única. Esta tiene sentido cuando la introduces en una
región que es más o menos homogénea en términos de estructura económica y
productividad. Pero el Euro se introdujo en una zona de grandes desequilibrios.
Estados
Unidos es un país del tamaño de un continente. Hay diferencias de renta
importantes, pero hay una unión física, hay transferencias fiscales y el
mercado laboral está totalmente integrado, al no haber barreras de idioma.
En
Europa, imponer una moneda única fue un error.
Al entrar en la moneda
única, los países más fuertes deberían haber estado dispuestos a cuidar de los
más débiles. Normalmente, los países con productividad más baja que tiene
problemas, devalúan. Es lo que hacían España o Italia todo el tiempo. Ahora no
pueden, lo único que pueden hacer es bajar salarios y cortar gasto público, y
eso deprime la economía. Deberían haber permitido más campo para transferencias
fiscales y cancelación de deuda. Pero no quieren hacerlo. Y es, probablemente, porque los finlandeses no sienten realmente que
están en el mismo país que los griegos, y los alemanes no piensan en los
españoles como sus compatriotas. Ahí está la raíz del problema. Sin el
compromiso de cuidar a los más débiles, no podemos tener una moneda única.
La
verdadera solución es cancelar gran parte de la deuda. La
gente tiende a ver esto como escandaloso, pero es lo que se hace todo el tiempo
con las empresas. Cuando una compañía entra en bancarrota, que quiere decir que
no puede pagar sus deudas, se procede a una reestructuración de la deuda y los
acreedores aceptan que no pueden cobrar todo. Hacen falta dos para bailar un tango.
Si alguien se endeudó
irresponsablemente, otro le prestó irresponsablemente. Los bancos que
compraron deuda griega en grandes cantidades también cometieron un enorme
error, y no están pagando el precio.
Así que deberían haber
cancelado deuda y, a largo plazo, controlar el gasto público. Pero en el corto
plazo es un suicidio. “No tienes suficientes ingresos, entonces corta tus
gastos”.
Eso puede tener sentido
para un individuo, pero no para un país entero.
Como
dijo Groucho Marx: Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cuatro años podría
entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cuatro años!
Mark
de Zabaleta
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