Está claro que estos
cuatro “años Marianos” no han resultado muy positivos…
En la historia reciente
de España, nunca se había conocido una situación económica tan desastrosa como
la que enfrenta el país en estos momentos, sin una guerra o una revolución de
por medio. Además ha habido revoluciones y guerras que no han llevado a la
economía nacional hasta esta situación.
Ningún Gobierno había endeudado
tanto al país en contra de los intereses de su pueblo. Y se ha deformado la realidad a la hora de
informar a los ciudadanos, ignorando totalmente el sufrimiento de los mismos.
Ha
subido el paro en España, hemos disminuido el PIB, y la deuda pública,
evidentemente, también ha subido, y ya supone un 100% del PIB (que en diciembre
del 2011 era “solo” un 69,3%)…
Pagar los intereses de
esta Deuda supone ya un 3,75% del PIB…y sigue subiendo…porque, además, el coste
de la financiación se ha incrementado…
Tal como escribió Keynes en su “Teoría general del
empleo, el interés y el dinero”, de 1936, el análisis económico debía ser
reconstruido para llevar los problemas agregativos a corto plazo al centro de
la escena. No se trata de esperar al Largo Plazo de dentro de unos años… Para
hablar de Consumo y de Ahorro es necesario generar Rentas. Y las rentas son
generadas por la inversión…que puede verse frustrada si las expectativas de los empresarios son
pesimistas.
Para
Keynes la eficacia marginal del capital era una cuestión de expectativas, de
tal modo que el cambiante humor de la comunidad empresarial podría
contrarrestar incluso unos bajos tipos de interés favorables a la inversión…
¿Tenemos expectativas…o
sólo nos queda pensar que a largo plazo todos muertos…como afirmaba Keynes?
Y parece que los votantes
“creyentes” están perdiendo su FE y ya no creen en tantas promesas de
expectativas... ¿Quién puede hablar de “brotes verdes” ante tanta austeridad y
tanto recorte? Porque es obvio que el pueblo no ve ese claro repunte que
anuncia Mariano…y los parados siguen en paro.
Calvino (1509-1564)
adoptó los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la iglesia de
Roma por derecho divino, negando la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro,
y dando primordial importancia de la Biblia como única regla de fe y conducta
(Sola fides, sola Scriptura), destacando la doctrina de la justificación del
hombre por medio de la gracia...y la
redención por el trabajo…
¡Pero en España no podremos
nunca ser Calvinistas porque NO hay TRABAJO para redimirse!
Por
mucho que quieran manipular las cifras…no hay expectativas para los parados.
Mark
de Zabaleta
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